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El plan de evacuación.

domingo, 18 de abril de 2010

 




El plan de evacuación o el arte de la preocupación
Si, debo reconocerlo, hace muchos años creía a pie juntillas que lo que s e decía de “los hermanos cósmicos” era una verdad absoluta, de que existían mensajes importantes que urgían darse a conocer, y que había una confederación galáctica que estaba al tanto de todo lo referente a l asunto extraterrestre y que había pocos afortunados que se ponían en contacto con estos seres. Cuantas noches con complicados rituales terminaban en frustrados anuncios de contactismo que eventualmente se veían justificados por asuntos más importantes que surgían a los hermanos cósmicos de última hora. Pero sin duda lo más significativo era el hecho de que de una forma u otra existía un plan de evacuación en el que no estábamos contemplados todos. Era tenebroso pero en el último momento del planeta solo unos cuantos tendrían el privilegio de irse de este planeta. Bajo esa premisa busque la manera de ponerme en contacto para ser merecedor de tan importante evento. Pero los años pasaban y no ocurría absolutamente nada, recuerdo que en los años 80 cuando Giorgio anuncio el fin del mundo su fecha llego y el esperado final no se cumplio (fiu) y así uno tras otro varios visionarios aseguraban tener la fecha del fin del mundo y sumando además el termino de siglo combinado con el del milenio favoreció todo un caldo de cultivo para toda clase de pronósticos devastadores. En México al menos existen personajes que han vaticinado esto y afortunadamente se han equivocado una y otra vez y con la desfachatez que los caracteriza siguen acaparando tiempos en radio y televisión con esos mismos comentarios y según ellos nos hemos salvado de cuerpos celestes con gigantesca forma de cacahuate, planetas invisibles que acechan para que en el momento menos esperado nos cargue el payasa a todos (que nos pegue y nos mate a todos)y hasta de fuertes enfermedades causadas por grupos ocultos que todo mundo conoce. Entonces según la mecánica de todo esto es que momentos antes de que todo esto ocurra los hermanos vendrán por nosotros, pero no todos, los que no estén en la lista ni modo se cocerán en las fuertes llamas en que terminara el mundo. Bajo este escenario más vale prevenir y pero el tiempo pasa y ese fin del mundo no llega y junto con la decepciona viene el sentido del ridículo y la siempre justificación con “eventos de última hora” que nos salvan del temido día del juicio final. Esto nos lleva a un eterno sentido de preocupación. Esto de la preocupación es algo que tenemos los humanos y que es un sentimiento tan inútil que no vale la pena a veces tomarlo en cuenta. La preocupación destruye la voluntad, evita el crecimiento bloqueando al inspiración, es como cuando tenemos una decepción amorosa y nos persigue todo el tiempo evitando pensar en otras alternativas y lo peor de la preocupación es que no nos lleva a ningún lado, no nos saca del problema principal, lo que debemos hacer los seres humanos es ocuparnos no preocuparnos, es decir poner manos a la obra de eso que nos quita el sueño. Respecto al plan del fin del mundo este tal vez nunca llegue o al menos nosotros no lo veremos. Entonces nos queda la responsabilidad de seguir cuidando un mundo que debe durar para las generaciones. Para aquellos que creen en la reencarnación deberán trabajar para poder regresar un mundo más habitable y si no hay ningún paradigma para después de la muerte simplemente dejemos un buen mundo para nuestros hijos. El mundo es precisamente lo que hacemos de él. Dediquémonos a ocuparnos a trabajar por una convivencia entre los humanos, alejémonos de esas profecías falsas que solo nos llevan a la eterna angustia, si es cierto que viene algo así lo más seguros es que ni cuenta nos demos. Entonces hagamos un mejor mundo, sin ver como actúan los demás recordemos que no todos pensamos en los beneficios que tiene vivir en un mundo limpio y confortable.
Atte. César Buenrostro

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